UNA GRAN EXPERIENCIA PARA NUESTRAS VIDAS

Un campamento… quince días… 70 niños y niñas… no amigos no, esto no es un campamento cualquiera de 15 días, es un campamento scout, en el que prima por encima de todo el sentimiento de llevar una pañoleta colgada al cuello y todo lo que lleva implícito en este hecho, la superación día a día y por supuesto pasarlo genial y disfrutar de esas dos semanas a más no poder.

Como para todo hay una primera vez, a veces las experiencias son desagradables y nunca más quieres repetirlas, en este caso ha sido al revés.

Nunca había ido de campamento, nunca había acampado al aire libre, nunca había hecho una mesa donde pudieran comer 30 personas con unos costeros y unos amarres bien hechos, nunca hubiera pensado en ducharme al aire libre o lavarme los dientes bajo las estrellas.

Esto de los scouts… ¿cómo podría definirlo? es una gran familia, unida y siempre dispuesta a darlo todo por el compañero que tienen al lado. Te enseña mucho sobre la vida, como buscar alternativas cuando te surge algún problema, te ayuda socialmente a abrirte a los demás y dejar los “complejos” a un lado, te ayuda a interiorizar unos valores sociales geniales como cuidar la naturaleza, respetar los animales y defender el medio ambiente,  cuidar de los demás y ayudar siempre al más débil, a creer en lo que haces y en lo que puedes llegar a conseguir y a que jamás puedes darte por vencido porque si crees en ti mismo puedes conseguir lo que te propongas (ejemplo clarísimo de mis chicos (casbatos) en la marcha del campamento).

Llegue allí sin apenas conocer a nadie, sin saber como trabajaban o como yo misma iba a responder en una experiencia que nunca antes había vivido. Pues os digo un secreto… fue la mar de fácil, los scouters (los monitores, para los no estéis metidos en este mundillo) son los que nos ayudaron a llevar estas dos semanas de una forma fácil y divertida, siempre te tendían una mano en cualquiera de tus dudas o problemas que te iban surgiendo, se reían de ti, pero también contigo, enseguida cogimos confianza y creamos un vínculo muy estable y fuerte. Como ya he dicho ellos son una gran familia, pero no dudaron ni un momento en arroparnos y unirnos a esa gran familia.

Algo muy emocionante en mi opinión es ver como todos los miembros del campa, al escuchar la música se reúnen en el centro del campamento donde ondean tres banderas (bandera scout, bandera de Castilla y León y la bandera de España), y para bien subir o bajar dichas banderas todos al unísono entonan diferentes canciones que los describen a la perfección. Fíjate que yo el primer día no conocía ninguna de estas canciones y simplemente el hecho de ver tanto a mayores como a pequeños cantarlas se me pusieron los pelos de punta… esto de los scout es un sentimiento que apenas se puede definir correctamente.

Es increíble ver como los niños y niñas van evolucionando de forma autónoma (claramente con la ayuda de sus monitores), se van convirtiendo en personas listas para servir a la sociedad del mejor modo posible y ver como siguen creyendo en lo que hacen y tanto en la escuela, como en casa, como en un bar, como en el parque… siguen siendo scouts aunque no cuelguen al cuello su pañoleta. Esto es verdadero sentimiento y una forma de vida estupenda, tanto para niños como para adultos.

Ha sido una gran experiencia y una gran oportunidad poder formar parte de esta gran familia.

¡Viva el Grupo Scout Doce Linajes de Soria!

 

 

FDO: Keeo

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